Medidas de protección y control frente al (COVID-19)
La cirugía percutánea para eliminar los juanetes, deformidad del pie más frecuente, es posible hacerla mediante una técnica mínimamente invasiva que realiza incisiones (heridas) mínimas en el pie del paciente para aplicar correcciones similares a las que se llevan a cabo en la cirugía abierta. Al minimizar los cortes de la intervención mejora el postoperatorio (menores molestias) y se reducen los problemas de cicatrización. Esa ventaja, junto a los avances en las técnicas de anestesia y mejora del tratamiento médico, permite a los pacientes caminar desde el primer día y evitar postoperatorios largos o dolorosos.
Las intervenciones poco invasivas realizan cortes sobre determinados huesos para alinear de forma adecuada el dedo gordo del pie (núcleo del problema) que, tras ser colocado en la posición correcta, se fija con tornillos u otro tipo de materiales. “La cirugía del pie ha sido conocida durante años por ser muy dolorosa, con un postoperatorio muy engorroso. Sin embargo, en la actualidad esto no es cierto”, explica el especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirónsalud Bizkaia, el Dr. Andrés Eduardo Delgado Ghersi.
Esta deformidad genera dolor y limita la vida de algunas de las personas que la padecen y, cuando la molestia no remite a través de los métodos no quirúrgicos disponibles, la cirugía es la única respuesta para acabar con el problema.
Los síntomas.
El principal síntoma, además del aspecto poco estético del pie, es el dolor en la cara interna donde se encuentra la protuberancia. La zona genera molestias con el calzado de horma rígida y el apretado. El dolor se genera por una serie de eventos inflamatorios en la zona y no por la protuberancia en sí.
“Es frecuente encontrar que los pacientes consultan por molestias en otras partes del pie y describen callosidades y dolor en la planta. Esto se debe a que la función de los pies al caminar se ve afectada, ya que se modifican las zonas de apoyo durante la pisada que, si progresan en el tiempo, pueden provocar deformidades en los demás dedos”, explica el especialista.
Perfil del afectado
Los juanetes afectan sobre todo a las mujeres. “Por cada hombre hay 15 mujeres que acuden a un especialista. De hecho, la cirugía de juanetes se realiza en el género femenino en, aproximadamente, un 85% de las ocasiones. La edad media de esta intervención quirúrgica se sitúa entre los 50 y 60 años, aunque puede comenzar mucho antes y, además, en la mayoría de las pacientes el problema está presente en los dos pies, aunque varía la magnitud entre ellos”, explica el Dr. Delgado.
No todas las personas que tienen un juanete desarrollan síntomas y pueden llevar a cabo su vida cotidiana sin dificultades. Por ello, se desaconseja a los afectados que no tienen ningún dolor o molestia que se sometan a cirugía por motivos estéticos, ya que la deformidad por sí sola no es una enfermedad.
Experiencia tras la cirugía
Respecto al postoperatorio inmediato, es necesario permanecer mucho tiempo con el pie elevado para reducir la inflamación. Sin embargo, los pacientes pueden (y se les permite) caminar desde el primer día con un zapato especial que se denomina calzado postquirúrgico. De esta manera, tienen libertad para moverse dentro de su domicilio, ir al baño, etc.
“Durante la primera semana tras la operación, los pacientes no suelen salir de casa, aunque no se les prohíbe hacerlo y pese a que el reposo absoluto no se necesita para la curación. Los largos periodos de tiempo de pie generan inflamación y molestias y, por ello, los afectados reducen su actividad. Las heridas se revisan en consulta y, tras esta primera fase, se les concede cada vez más libertad. De hecho, hacia la tercera semana tras la cirugía, pueden hacer vida casi normal, todavía con el calzado especial”, indica el Dr. Delgado.
Los vendajes y el zapato específico se retiran a los 30 días aproximadamente y, tal y como explica el especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica, “se aconseja optar por un calzado amplio y bien almohadillado, como una zapatilla deportiva. Se iniciará la rehabilitación para recuperar una buena marcha y, entre seis y ocho semanas, los pacientes estarán desarrollando una vida normal”. En este punto, el especialista destaca que “el pie es una zona complicada para abordar la inflamación. Por ello, los pacientes pueden experimentar algunos episodios de hinchazón hasta el tercer o cuarto mes, a pesar de ya realizar vida normal”.
Qué causa los juanetes
El juanete es un bulto que aparece en la parte interna del pie, justo antes del primer dedo o dedo gordo. Esa protuberancia obedece en la mayoría de casos a una deformidad compleja del pie que se denomina hallux valgus. Esa deformación consiste en una desviación del primer dedo hacia fuera (en dirección a los dedos más pequeños), que acompaña a una desviación del primer metatarsiano (hueso que se encuentra en el empeine y une el tobillo con los dedos) hacia adentro.
Las causas que propician la aparición de esta protuberancia se dividen en dos grupos: aquellas que dependen de cada persona (intrínsecas) y las ajenas a ellas (extrínsecas). El primer grupo reuniría factores como la herencia genética, clave en la aparición de esta patología; la anatomía del pie respecto a las articulaciones que unen el tobillo al empeine; la desviación del metatarsiano a la parte interna del pie; la forma del pie (plano, egipcio, etc.).
Dentro del segundo apartado se encontrarían: el calzado, sobre todo el de punta fina y tacón alto; trabajos que sobrecarguen el pie; desplazarse principalmente caminando; actividades deportivas, etc.
El COVID-19 se propaga rápidamente de persona a persona, principalmente por las siguientes vías:
Lávese las manos con frecuencia con agua y jabón por al menos 20 segundos, especialmente después de haber estado en un lugar público, o después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
Es de suma importancia que se lave:
Si no dispone de agua y jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol. Cubra toda la superficie de las manos y frótelas hasta que las sienta secas.
Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca sin haberse lavado las manos.
Dentro de su casa: evite tener contacto con personas que están enfermas. De ser posible, mantenga una distancia de 2 metros entre la persona enferma y otros miembros de su hogar.
Fuera de su casa: mantenga una distancia de 6 pies de las personas que no viven en su casa.
Las mascarillas ayudan a prevenir que contraiga o propague el virus.
Podría transmitir el COVID-19 a otras personas incluso si no se siente mal.
Todos deben usar una mascarilla en lugares públicos y cuando están con otras personas que no viven en su hogar, especialmente cuando es difícil mantener otras medidas de distanciamiento social.
NO use una mascarilla destinada a trabajadores de atención médica. Actualmente, las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas de respiración N95 son suministros fundamentales que deberían reservarse para los trabajadores de la salud y el personal de respuesta a emergencias.
Siga manteniendo una distancia de aproximadamente 6 pies de las demás personas. El uso de la mascarilla no reemplaza el distanciamiento social.
Cúbrase siempre la boca y la nariz con un pañuelo desechable al toser o estornudar o cúbrase con la parte interna del codo y no escupa.
Eche los pañuelos desechables usados a la basura.
Lávese las manos inmediatamente con agua y jabón por al menos 20 segundos. Si no dispone de agua y jabón, límpiese las manos con un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.
Limpie y desinfecte diariamente las superficies que se tocan con frecuencia . Esto incluye las mesas, las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los mesones, las barandas, los escritorios, los teléfonos, los teclados, los inodoros, los grifos, los lavamanos y los lavaplatos.
Si las superficies están sucias, límpielas. Lávelas con agua y detergente o jabón antes de desinfectarlas.
Luego, use un desinfectante de uso doméstico. La mayoría de los desinfectantes comunes para el hogar funcionarán.
Esté atento a los síntomas. Esté atento a la aparición de fiebre, tos, dificultad para respirar u otros síntomas del COVID-19.
Controle su temperatura si presenta síntomas.