Medidas de protección y control frente al (COVID-19)
Cuando nos enfrentamos a un problema en el pie o el tobillo, normalmente el médico nos puede ofrecer dos vías para el tratamiento: una solución no quirúrgica o someterse a una cirugía. Esta elección puede ser crucial para su recuperación y calidad de vida, y es importante tomarla con un entendimiento completo de las implicaciones y consideraciones involucradas. El Dr. Andrés Delgado, traumatólogo especializado en del pie y tobillo, le guiará a través de algunas consideraciones clave para ayudarle a tomar la decisión más informada.
1. Diagnóstico Preciso
Antes de elegir un tratamiento, es fundamental contar con un diagnóstico preciso de su afección en el pie o tobillo. Cada caso es único, y lo que funcione para una persona puede no ser adecuado para otra. El Dr. Delgado le someterá a unas pruebas y entrevista para contar con un diagnóstico más preciso y personalizado.
2. Gravedad de la Afección
La gravedad de su afección desempeña un papel crítico en la elección entre tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos. Problemas menos graves, como esguinces o tendinitis leves, a menudo responden bien a tratamientos no quirúrgicos, como fisioterapia, inmovilización y medicamentos. Por otro lado, condiciones más severas, como deformidades estructurales o fracturas complejas, pueden requerir cirugía para una solución efectiva.
Urgencia de la situación
Existen escenarios en los que es importante actuar rápidamente. La mayor parte de los problemas, ya sean traumáticos o no, permiten que transcurra tiempo, que no supone un riesgo que empeore el problema, pero por otro lado, hay situaciones puntuales que obligan a hacer una toma de decisiones más rápida, porque el tiempo puede ser una variable importante. En este sentido, una fractura, la mayor parte de las veces permiten que una inmovilización mejore el dolor y se pueda esperar para un tratamiento definitivo si fuera necesario. Por otro lado, una fractura “abierta”, es una situación que sí obliga a actuar rápidamente porque el hecho que que pasen las horas, va aumentando el riesgo de infección y otras complicaciones.
3. Historial Médico y Preferencias Personales
Su historial médico y sus preferencias personales también influyen en la decisión. Algunos pacientes pueden tener condiciones médicas que los hacen más propensos a complicaciones quirúrgicas, mientras que otros pueden preferir evitar la cirugía siempre que sea posible. Comunicar sus preferencias y necesidades al especialista es esencial.
4. Tiempo de Recuperación
Considere el tiempo de recuperación. Los tratamientos no quirúrgicos a menudo implican un período de recuperación más corto en comparación con la cirugía. Si su estilo de vida o trabajo requiere una recuperación rápida, un tratamiento no quirúrgico podría ser la elección adecuada.
5. Riesgos y Beneficios
Cada opción de tratamiento conlleva riesgos y beneficios. La cirugía puede ofrecer resultados a largo plazo, pero implica ciertos riesgos, como infección o complicaciones quirúrgicas. Los tratamientos no quirúrgicos pueden ser menos invasivos, pero es posible que no ofrezcan resultados permanentes. El Dr. Delgado le explicará en detalle los riesgos y beneficios específicos de su situación.
La elección entre un tratamiento no quirúrgico y uno quirúrgico para problemas en el pie y tobillo es una decisión individual y debe basarse en una evaluación cuidadosa de sus necesidades y circunstancias. El Dr. Andrés Delgado está aquí para brindarle el apoyo y la orientación necesarios para tomar la decisión más acertada. Siempre es fundamental comunicarse abiertamente con su especialista y obtener un diagnóstico preciso para garantizar un tratamiento efectivo y una recuperación exitosa. Su bienestar es nuestra prioridad, y estamos aquí para ayudarle a recuperar su calidad de vida y movilidad.
El COVID-19 se propaga rápidamente de persona a persona, principalmente por las siguientes vías:
Lávese las manos con frecuencia con agua y jabón por al menos 20 segundos, especialmente después de haber estado en un lugar público, o después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
Es de suma importancia que se lave:
Si no dispone de agua y jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol. Cubra toda la superficie de las manos y frótelas hasta que las sienta secas.
Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca sin haberse lavado las manos.
Dentro de su casa: evite tener contacto con personas que están enfermas. De ser posible, mantenga una distancia de 2 metros entre la persona enferma y otros miembros de su hogar.
Fuera de su casa: mantenga una distancia de 6 pies de las personas que no viven en su casa.
Las mascarillas ayudan a prevenir que contraiga o propague el virus.
Podría transmitir el COVID-19 a otras personas incluso si no se siente mal.
Todos deben usar una mascarilla en lugares públicos y cuando están con otras personas que no viven en su hogar, especialmente cuando es difícil mantener otras medidas de distanciamiento social.
NO use una mascarilla destinada a trabajadores de atención médica. Actualmente, las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas de respiración N95 son suministros fundamentales que deberían reservarse para los trabajadores de la salud y el personal de respuesta a emergencias.
Siga manteniendo una distancia de aproximadamente 6 pies de las demás personas. El uso de la mascarilla no reemplaza el distanciamiento social.
Cúbrase siempre la boca y la nariz con un pañuelo desechable al toser o estornudar o cúbrase con la parte interna del codo y no escupa.
Eche los pañuelos desechables usados a la basura.
Lávese las manos inmediatamente con agua y jabón por al menos 20 segundos. Si no dispone de agua y jabón, límpiese las manos con un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.
Limpie y desinfecte diariamente las superficies que se tocan con frecuencia . Esto incluye las mesas, las manijas de las puertas, los interruptores de luz, los mesones, las barandas, los escritorios, los teléfonos, los teclados, los inodoros, los grifos, los lavamanos y los lavaplatos.
Si las superficies están sucias, límpielas. Lávelas con agua y detergente o jabón antes de desinfectarlas.
Luego, use un desinfectante de uso doméstico. La mayoría de los desinfectantes comunes para el hogar funcionarán.
Esté atento a los síntomas. Esté atento a la aparición de fiebre, tos, dificultad para respirar u otros síntomas del COVID-19.
Controle su temperatura si presenta síntomas.